Una forma sencilla de impulsar el progreso en matemáticas en la escuela primaria
Los estudiantes estadounidenses llevan décadas rezagados en matemáticas, con puntuaciones en los exámenes que se sitúan constantemente entre el 25% más bajo a nivel mundial en comparación con los estudiantes de otros países desarrollados. La pandemia de COVID-19 empeoró la situación. Investigaciones previas han demostrado que las intervenciones basadas en la ciencia del comportamiento que se centran en la motivación estudiantil han sido eficaces para aumentar las puntuaciones en matemáticas, lo que sugiere que adoptar un enfoque similar, basado en el comportamiento, con el profesorado podría tener un efecto comparable.
Con el objetivo de mejorar el rendimiento en matemáticas de casi 3 millones de estudiantes de primaria, se realizó un megaestudio con más de 140.000 docentes en colaboración con Zearn Math, una plataforma educativa sin fines de lucro. La intervención por correo electrónico más efectiva de las 15 instó a los docentes a acceder al panel de control de la plataforma semanalmente para consultar el progreso de sus estudiantes. Esta intervención aumentó el progreso en matemáticas de los estudiantes en un 5,06% durante las 4 semanas de intervención (3,30% después de ajustar por la maldición del ganador). Los correos electrónicos que hacían referencia a datos específicos de los estudiantes de un docente (en comparación con los que no los tenían) impulsaron el progreso en un 2,26%, con efectos que perduraron 8 semanas después de la intervención. Estos hallazgos subrayan tanto la dificultad de cambiar el comportamiento como la necesidad de una investigación empírica, rigurosa y a gran escala.
¿Qué pasa con la enseñanza de matemáticas en Costa Rica?
La nota titulada “Estudiantes arrastran vacíos en matemáticas porque no reciben programa completo” publicada el 3 de agosto de 2025 en La Nación cita casos concretos de estudiantes y declaraciones de docentes que reflejan cómo el currículo matemático de primaria y secundaria no se imparte en su totalidad, afectando seriamente la formación en álgebra, fracciones, proporcionalidad y resolución de problemas.
La nota integra el estudio realizado por Ricardo Poveda y otros investigadores de la UNA, el cual señalaba que muchos estudiantes universitarios presentan grandes vacíos en contenido matemático impartido en la secundaria. La nota confirma que dichos vacíos están presentes y siguen sin ser abordados adecuadamente a nivel nacional.
Los hallazgos reiterados se relacionan con temas clave como álgebra que no se enseñan completamente en los niveles correspondientes, lo que se repite cada año escolar. Docentes de secundaria admiten que priorizan algunos contenidos por falta de tiempo o recursos, quedando atrás habilidades básicas como resolución de ecuaciones, operaciones combinadas y álgebra básica.
La persistencia de deficiencias en los conocimientos genera altas tasas de reprobación y deserción en los primeros cursos universitarios, particularmente en programas técnicos y científicos. Es probable que las evaluaciones de Poveda subestimen la magnitud del problema, dado que estas deficiencias se presentan de manera recurrente y tienden a acumularse con el tiempo. Lejos de haberse solucionado, la situación se ha visto agravada por factores como huelgas, la pandemia y la escasez de docentes capacitados.
Las serias deficiencias en matemáticas que arrastran los estudiantes que salen de colegio quedaron nuevamente evidenciadas en los resultados del examen diagnóstico realizado en por la Universidad de Costa Rica (UCR) a más 2.600 estudiantes de primer ingreso. La realidad es que los alumnos llegan a la educación superior con los conocimientos matemáticos correspondientes a octavo y noveno año de colegio. Solo el 4% en 2022, 5% en 2023 y 6,7% en 2024 logró pasar el examen que evalúa conocimientos sobre precálculo. Este es uno de los síntomas más notables de los problemas que afrontan aquellos alumnos recién llegados a la educación universitaria y que son evaluados por la Escuela de Matemática sobre sus conocimientos y habilidades en esta disciplina. Se trata de más de 13.500 personas que anualmente son atendidas por esta unidad académica, de áreas como salud, ingeniería, economía, química, física, geología y geografía, quienes requieren aprobar varios cursos de matemática. De lo contrario, no pueden avanzar en sus carreras. El Diagnóstico Matemático (DIMA) se efectúa desde el 2015 y examina si los estudiantes cuentan con las bases necesarias para enfrentar los cursos de precálculo y cálculo.
Para mejorar las matemáticas en primaria y secundaria, no basta con exigir más resultados: hay que enseñar mejor, acompañar más, usar IA y evaluar de forma inteligente. El reto es estructural, pero con intervenciones desde el aula, el hogar y la política educativa, Costa Rica puede revertir esta tendencia y formar estudiantes más seguros, capaces y conectados con el pensamiento matemático.