¿Por qué las mujeres están abandonando las carreras STEM dominadas por los hombres?
Un nuevo estudio revela que cuando las mujeres son rechazadas para trabajos por contrato en campos dominados por hombres, en concreto en informática y programación, tienen una probabilidad mucho menor que los hombres de seguir buscando trabajo en esas industrias. Tras el rechazo, las mujeres también son mucho más propensas que los hombres a buscar empleo fuera del ámbito tecnológico, y muchas dejan de buscar trabajo por completo.
Esta pérdida contribuye a la filtración de oportunidades en los sectores STEM, donde las mujeres y las minorías acceden a estas carreras solo para abandonarlas en algún momento, con su ambición frustrada por experiencias de discriminación, aislamiento o falta de oportunidades. Si bien las mujeres han ascendido en el sector STEM en las últimas décadas, la brecha de género persiste; las mujeres representan solo el 28% de la fuerza laboral mundial en STEM.
Con frecuencia, se ve que las mujeres jóvenes eligen inicialmente carreras STEM, solo para cambiar a otros campos tras tener experiencias negativas. Esto contribuye a una menor cantidad de mujeres en STEM con el tiempo. Permanecer en estos campos es un desafío para muchas mujeres, no solo por la escasez de oportunidades, sino también por la autopercepción. Las expectativas de género también pueden dificultar especialmente la persistencia en la búsqueda de empleo tras enfrentar repetidos rechazos.
Para comprender qué sucede cuando los trabajadores, tanto hombres como mujeres, se enfrentan al rechazo, los investigadores analizaron 700.000 solicitudes para más de 200.000 ofertas de trabajo por contrato, ofrecidas por más de 70.000 empleadores en un mercado en línea. El estudio abarcó 12 años de datos, desde la creación del sitio en 2000 hasta diciembre de 2012.
Según el estudio, las mujeres que fueron rechazadas para puestos en informática y programación informática tuvieron menos probabilidades de volver a solicitar empleo que los hombres rechazados, y redujeron su actividad general de búsqueda de empleo en comparación con los hombres rechazados. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con los puestos de escritura y traducción, dos campos predominantemente femeninos. Los investigadores no encontraron diferencias de género en el comportamiento de los solicitantes, hombres y mujeres, para estos puestos.
Los autores querían comprender la asimetría de género en las solicitudes de empleo porque, si bien el rechazo es común, nadie habla de ello. Lo compararon con las redes sociales, donde la gente tiende a publicar solo aspectos positivos de su vida. Las personas pueden desanimarse mucho ante el rechazo y cambiar su comportamiento de búsqueda de empleo, y esto es realmente importante para la desigualdad de género.
Aunque el estudio se centró en las tecnologías de la información y la programación informática, los resultados son generalizables a cualquier campo dominado por hombres. Además, se basa en trabajos previos de otros autores. Un estudio de 2017, por ejemplo, reveló que las mujeres ejecutivas eran más propensas que los hombres a no entrevistarse con una empresa que las había rechazado en el pasado. Otros estudios han demostrado que las mujeres en campos dominados por hombres se preocupan más por la discriminación que por su propia competencia.
La conclusión es que, mientras persistan las normas de género, estas moldearán ambos lados del mercado laboral: las decisiones de contratación de los empleadores y el comportamiento de quienes buscan empleo. Estas normas no solo influyen en la percepción de los candidatos, sino que también moldean cómo las personas abordan la búsqueda de empleo.
Cerrando la brecha de confianza
Tanto los empleadores como quienes buscan empleo tienen un papel que desempeñar para solucionar las deficiencias y retener a más mujeres en las áreas STEM. Para los empleadores, una de las medidas más inmediatas e impactantes es aumentar la transparencia y el contexto en el proceso de contratación. Esto incluye indicar claramente las calificaciones del puesto, utilizar criterios de contratación objetivos e identificar y mitigar activamente los sesgos implícitos. Compartir estadísticas, como el hecho de que 500 solicitantes compitieron por un solo puesto, también puede ayudar a los candidatos a poner el rechazo en perspectiva. Las mujeres a menudo se sienten más desanimadas porque se preguntan por qué fueron rechazadas. Pueden preguntarse si el empleador prefirió a un candidato masculino o cuestionar sus propias capacidades. Un poco de información objetiva puede ser de gran ayuda para disipar esas dudas.
Los procesos de contratación transparentes y justos no solo benefician a las mujeres, sino que también aumentan la probabilidad de que personas de orígenes subrepresentados se postulen. Al desmitificar el proceso, los empleadores pueden ayudar a ampliar la base de talento diverso. Al mismo tiempo, los autores enfatizaron la importancia de que las mujeres, especialmente aquellas que inician sus carreras, desafíen las narrativas culturales que ponen en duda su competencia. Si bien la confianza por sí sola puede no ser suficiente para superar los prejuicios, puede fortalecer la determinación de las mujeres para perseverar y afirmar su lugar en campos dominados por los hombres. Es crucial que las mujeres rechacen la idea de que son, de alguna manera, menos capaces. Confíen en la evidencia de su propio desempeño y habilidades. No dejen que el rechazo las convenza de que no pertenecen.