El acuerdo Nvidia/AMD - Trump

Estuve leyendo en el blog del Instituto Cato de EE.UU. que durante el fin de semana pasado se informó que la administración Trump alcanzó un acuerdo sin precedentes con Nvidia y Advanced Micro Devices (AMD) para levantar efectivamente los controles de exportación sobre ciertas ventas de semiconductores a compradores chinos. La medida revierte las directivas anteriores que prohibían, por motivos de seguridad nacional, la exportación de los chips H20 de Nvidia y MI380 de AMD —utilizados para fines de Inteligencia Artificial (IA)— a China, en medio de las tensiones comerciales con Pekín. A cambio de permitir la venta de estos chips, el gobierno federal recibirá el 15% de los ingresos de dichas ventas. Este acuerdo presenta varios problemas graves.

Es, en el mejor de los casos, cuestionable si el acuerdo reportado podría resistir el escrutinio legal. El texto del Artículo I, Sección 9 de la Constitución de los Estados Unidos —“No se impondrán impuestos ni aranceles a los artículos exportados de ningún Estado”— deja claro que el Congreso no puede imponer impuestos a las exportaciones estadounidenses. Por lo tanto, las acciones de la administración Trump no solo parecen contravenir el texto de la Constitución, sino que también plantean un problema de separación de poderes, ya que es el poder ejecutivo, y no el Congreso, quien impone este impuesto.

Dicho esto, no está claro si Nvidia y AMD exportan sus semiconductores desde Estados Unidos. Ambas compañías son fabricantes "fabless", lo que significa que diseñan sus chips, pero subcontratan su fabricación a TSMC. Si bien la planta de fabricación ("fab") de TSMC en Arizona ha estado operativa desde finales de 2024, los informes sugieren que fabrica chips de Nvidia y AMD distintos del H20 y el MI308, lo que hace más probable que ambos chips se fabriquen en Taiwán. Si ese realmente fuera el caso, y además, si los chips se exportaran a China desde Taiwán (o cualquier otro país extranjero, de hecho), los chips estarían sujetos a los controles de exportación del gobierno de los EE.UU. según la Norma de Productos Extranjeros Directos, pero el caso de una violación constitucional parecería más débil, ya que no se "exportan desde ningún Estado de los EE.UU.".

Sin embargo, como han señalado expertos legales, la Ley de Reforma del Control de Exportaciones de 2018 —la ley que sustenta los controles de exportación de semiconductores promulgados desde la primera administración Trump— prohíbe claramente a la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) cobrar tarifas por la presentación, tramitación o consideración de una solicitud de licencia de exportación. Por lo tanto, incluso si los semiconductores de Nvidia y AMD se envían a China desde un país distinto de Estados Unidos, no existe base legal para que estas empresas tengan que pagar una parte de sus ingresos por ventas en China a cambio de sus licencias de exportación.

Más allá de las inquietantes cuestiones legales, el acuerdo con Nvidia y AMD huele a capitalismo clientelista. Así como ha usado y amenazado con aranceles para aparentemente obtener concesiones comerciales de países extranjeros, este nuevo acuerdo sugiere que la administración Trump aprovechará la autoridad del poder ejecutivo para regular y restringir las importaciones, las exportaciones y la inversión extranjera con el fin de atraer a empresas privadas a la mesa de negociaciones y así favorecer las prerrogativas políticas del presidente.

En mayo, el presidente Trump amenazó con imponer un arancel del 25% a los iPhones fabricados fuera de EE.UU. para intentar que Apple fabricara sus smartphones en Estados Unidos. Para evitar este aumento arancelario, Tim Cook anunció una inversión de 600.000 millones de dólares en EE.UU. durante los próximos cuatro años. Expertos señalaron que se está presenciando la monetización de la política comercial estadounidense, en la que las empresas estadounidenses deben pagar al gobierno estadounidense por el permiso para exportar. 

Y justo la semana pasada, la Casa Blanca anunció un arancel del 100% sobre todos los chips de computadora importados, con amplias exenciones para cualquier empresa que esté "construyendo en Estados Unidos". Nvidia, Apple y GlobalFoundries obtuvieron exenciones de los aranceles, al igual que las surcoreanas Samsung y SK Hynix, gracias a sus inversiones estadounidenses prometidas. Estas exenciones crean un sistema en el que las megacorporaciones, capaces de realizar inversiones multimillonarias, se rigen por sus propias reglas, mientras que el resto paga el precio del proteccionismo.

El acuerdo sin precedentes del presidente con Nvidia y AMD plantea serias cuestiones legales, consolida aún más la fábrica de favores del capitalismo clientelista de Washington y da la impresión de que está poniendo en juego la seguridad nacional. Sea cual sea el futuro de este acuerdo, sienta otro peligroso precedente: el poder ejecutivo abusa de sus facultades en materia de seguridad nacional para influir o dictar las acciones de entidades privadas.

Sandro Zolezzi

Chileno-Costarricense. Ingeniero Civil-Industrial con énfasis en optimización de recursos de la Universidad de Chile, con una Maestría en Administración de Negocios con énfasis en economía y finanzas del INCAE Business School de Costa Rica.

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