Efectos del incremento del salario mínimo en la población con discapacidad
Los grandes aumentos del salario mínimo en la década de 2010 en EE.UU. redujeron el empleo entre las personas con discapacidades graves.
Las personas con discapacidad tienen tasas de participación en la fuerza laboral y de empleo más bajas, además de ingresos y salarios promedio menores que las personas sin discapacidad. Estas diferencias pueden deberse a factores como el impacto de las discapacidades en la productividad, las barreras al empleo (por ejemplo, falta de transporte o capacitación), los costos asociados con las adaptaciones, la discriminación en el mercado laboral y la posibilidad de que las limitaciones de salud dificulten el desempeño laboral. Esta nueva investigación analiza si los retos que enfrentan las personas con discapacidad influyen en cómo las leyes de salario mínimo afectan a este grupo, que representa aproximadamente el 12 por ciento de la población entre 22 y 54 años.
Las investigaciones anteriores han estudiado los efectos de los salarios mínimos en industrias y grupos demográficos con muchos trabajadores de salario mínimo, pero hay poca evidencia sobre su impacto en personas con discapacidad. Las preocupaciones por los efectos negativos en el empleo para este grupo han motivado exenciones poco comunes. En diciembre de 2024, el Departamento de Trabajo propuso eliminar esta exención. Además, las personas con discapacidad tienen mayor probabilidad de recibir apoyo al ingreso, seis veces más que las personas sin discapacidad. Por tanto, cambios en empleo y salarios de personas con discapacidad pueden afectar ingresos fiscales y gasto público.
Esta investigación reciente examina los efectos de los aumentos del salario mínimo sobre el empleo, la participación en la fuerza laboral y la dependencia de programas de apoyo al ingreso para personas con discapacidades graves y no graves. Utilizando datos de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense, este estudio se centra en la década de 2010, período en que las políticas de salario mínimo variaban significativamente entre los estados. La elección de esta década resulta particularmente adecuada por varios motivos. Primero, las políticas de salario mínimo se mantuvieron sin cambios entre 2010 y 2013, lo que permite una evaluación coherente de las tendencias de empleo anteriores a los incrementos salariales. Segundo, a partir de 2014, las políticas comenzaron a diferir sustancialmente entre los estados. Este análisis compara los resultados de 2011-2013 con los de 2019 para evaluar los efectos tras varios años de implementación de nuevos salarios mínimos. Por último, aproximadamente la mitad de los estados mantuvieron el salario mínimo federal de $7,25 por hora, sirviendo como grupo de control para contrastar con otros estados.
Este análisis concluye que grandes aumentos del salario mínimo (al menos $2,50 entre 2013 y 2017) redujeron el empleo entre personas sin discapacidad de 16 a 21 años, pero apenas afectaron al resto de la población activa. En cambio, estos aumentos disminuyeron el empleo de personas con discapacidades graves: en 3,2 puntos porcentuales para personas de 22 a 54 años y en 2,1 puntos porcentuales para personas de 16 a 67 años, comparadas con personas sin discapacidades. Estos efectos son significativos, ya que la tasa de empleo era del 13,2% para personas con discapacidades graves. Las personas con discapacidades leves tuvieron cambios menores en el empleo similares a los de personas sin discapacidades.
Además, la participación en la fuerza laboral disminuyó para las personas con discapacidades graves, junto con su posición en la distribución salarial (porque aumentó el número de personas con cero dólares de salario). En el caso de las personas con discapacidades graves de entre 22 y 54 años de edad, su posición en la distribución salarial disminuyó en 1,8 percentiles en relación con las personas de la misma edad sin discapacidades. Por el contrario, los aumentos del salario mínimo mejoraron la posición en la distribución salarial de quienes no tienen discapacidad.
Finalmente, esta investigación revela cierta evidencia de que aumentar el salario mínimo aumentó la probabilidad de que las personas con discapacidades graves informaran que recibían asistencia pública. En concreto, los grandes aumentos del salario mínimo aumentaron la probabilidad de que las personas con discapacidades graves de entre 22 y 54 años de edad informaran recibir asistencia pública en 1,7 puntos porcentuales. Estos resultados confirman la necesidad de que las políticas públicas deban evaluarse sistemáticamente para mejorar su eficacia. La evaluación basada en evidencia es clave para la toma de decisiones.