El resurgimiento de las ciudades empresariales estadounidenses
Las principales compañías del país están desarrollando comunidades en torno a sus instalaciones. ¿Podrán los sectores futuros revitalizar este concepto fragmentado del pasado?
Las empresas lideradas por Elon Musk, SpaceX y The Boring Company, están desarrollando vecindarios alrededor de sus operaciones en Texas, mientras que Google y Meta llevan a cabo iniciativas similares en California. Esta situación ha sido comparada con las ciudades empresariales que emergieron en Estados Unidos durante su industrialización. ¿Por qué es relevante? Las ciudades empresariales han mostrado un historial variado en cuanto a su resistencia frente a crisis económicas, derechos laborales y la influencia del sector privado sobre las finanzas gubernamentales. Esto plantea interrogantes sobre si esta nueva generación de ciudades, impulsada por grandes empresas tecnológicas, podrá evitar los errores cometidos por sus predecesoras.
Según fDi Intelligence, Boca Chica era una comunidad tranquila en la costa de Texas, al norte de la frontera con México. La decisión estratégica de SpaceX hace una década de construir su sitio de lanzamiento de cohetes, Starbase, en esa zona alteró dicha tranquilidad. Ahora, la empresa también pretende modificar la gobernanza del área. Después de varios años de adquirir propiedades en la región, la compañía liderada por Elon Musk ha obtenido el derecho para celebrar una elección local este mes de mayo, con el fin de incorporar el área como una nueva ciudad, denominada Starbase. Grupos tecnológicos estadounidenses están creando modernas ciudades empresariales cerca de sus instalaciones. Musk desarrolla Snailbrook en Bastrop, junto a Austin, donde están ubicadas The Boring Company, la sede de X, y la expansión de Starlink. Google y Meta también avanzan en grandes desarrollos de uso mixto cerca de sus sedes en el área de la Bahía de San Francisco.
Las ciudades empresariales surgieron en Estados Unidos durante el siglo XIX cuando los industriales que necesitaban espacio o recursos naturales se establecieron en áreas remotas y construyeron (y fueron propietarios de) viviendas, escuelas y una gama completa de servicios para los trabajadores. Estos últimos proyectos del sector tecnológico sugieren que el concepto no es necesariamente una reliquia del pasado.
Pasado accidentado
Estas empresas están utilizando un concepto con antecedentes históricos. Muchas ciudades industriales en Estados Unidos experimentaron un declive industrial, debido a su dependencia de la empresa que impulsaba su economía. La población de Gary, Indiana, donde US Steel tiene operaciones significativas, se ha reducido a la mitad desde 1960, coincidiendo con la disminución de la competitividad global de la industria.
En otros lugares, el enfoque de gobernanza centralizado y la restricción de los derechos laborales contribuyeron a su descenso. Pullman de Illinois, nombrada por la compañía de vagones ferroviarios del mismo nombre, se desplomó en 1899 después de los disturbios laborales. Otros proyectos fueron iniciativas ambiciosas, como el intento de Henry Ford de construir Fordlandia en la selva amazónica de Brasil para explotar una plantación de caucho.
En este contexto, las empresas tecnológicas actuales no promocionan sus proyectos como ciudades empresariales, pero comparten muchas de sus características distintivas.
El desarrollo de Starbase y Snailbook ha sido secreto. Las compras de terrenos y aprobaciones para Snailbook están a nombre de Gapped Bass, vinculada con The Boring Company. Los documentos del condado indican un plan para 110 viviendas, algunas ya construidas, y calles renombradas. Musk se hace notar en Hyperloop Plaza y el jardín de infantes Ad Astra.
Los desarrollos en Silicon Valley se ubican en áreas urbanas densamente pobladas. El Proyecto North Bayshore de Google, aprobado en 2023, incluye 7.000 viviendas, espacios comerciales y oficinas, y 26 acres de espacios públicos cerca de su sede en Mountain View. El proyecto Downtown West en San José, diseñado para empleados de Google, contempla 4.000 viviendas. Meta busca convertir 59 acres de oficinas obsoletas junto a su sede en Menlo Park en Willow Village, un desarrollo de uso mixto con 1.730 unidades de vivienda y una plaza. Ambos proyectos cuentan con el apoyo de los vecinos.
Riesgos y potencial
Google y Meta están construyendo viviendas para abordar la crisis de vivienda en el Área de la Bahía, causada en parte por su expansión. Según expertos, estos proyectos reflejan la tradición de ciudades empresariales, asegurando recursos escasos. Anteriormente, los recursos eran minerales o vías fluviales; hoy son el talento. Las comodidades gratuitas para trabajadores en campus tecnológicos difuminan los límites entre trabajo y vida cívica, comparándose con las ciudades corporativas de antaño.
La historia demuestra que uno de los riesgos que estos proyectos, incluidos los de Musk, deben evitar es la influencia desproporcionada de la empresa sobre las normas y políticas locales. Un ejemplo ofrecido por Gary ilustra esto: las exenciones de impuestos a la propiedad negociadas por US Steel a principios de la década de 2000 han restringido significativamente el presupuesto de la ciudad, representando millones en recursos financieros perdidos que podrían haber contribuido a la revitalización económica. Mientras tanto, en Bastrop, los residentes ya han expresado sus preocupaciones acerca del permiso otorgado a The Boring Company para verter aguas residuales al río Colorado.
Otro riesgo importante se presenta cuando la empresa es propietaria de las viviendas de sus empleados, lo que implica que los trabajadores dependen de la misma entidad para su empleo y su vivienda. Esta dependencia puede llevar a aceptar condiciones laborales desfavorables o incluso abusivas. En Snailbrook, las viviendas están destinadas exclusivamente a los empleados de la empresa de Musk y contienen cláusulas que obligan a los inquilinos a mudarse dentro de los 30 días posteriores a su despido.
Sin embargo, los líderes de desarrollo económico local están centrados en los empleos, la vivienda y los servicios que estos proyectos aportan a sus zonas. Los defensores de Snailbrook sugieren que su resiliencia económica se ve fortalecida por sus empresas que operan en una variedad de industrias. En un país que enfrenta una escasez de viviendas y la desindustrialización, los esfuerzos del sector privado para construir comunidades de vivienda, trabajo y ocio tienen mérito. Pero ampliar aún más la influencia de las empresas tecnológicas —y sus líderes— en la vida cívica no está exento de peligros.