Cuando la economía revela su verdad: la nueva estructura exportadora de Costa Rica

Artículo mencionado en CRHoy. Link del artículo.

Costa Rica acaba de mostrarnos —casi silenciosamente— que su economía ya no es la que creíamos. El país que durante décadas se pensó agrícola y turístico, luego manufacturero y de zona franca, acaba de entrar a una fase distinta: la era de la exportación cognitiva, donde el talento y el conocimiento mueven más divisas que cualquier bien físico.

El cuadro que elaboré por primera vez con datos del BCCR y Procomer confirma esta transformación profunda:

 El hallazgo que cambia la narrativa: los servicios basados en conocimiento (SBC) ya son la exportación N°1

Por primera vez en la historia reciente, los servicios modernos (SBC) se posicionan como la principal exportación del país, con $9.435 millones, equivalentes al 26,1% del total exportado.

Esto no es un dato técnico: es un punto de inflexión estratégico.

Significa que Costa Rica, sin declararlo formalmente, ya se convirtió en un hub de servicios globales, un país cuyo principal producto de exportación es la inteligencia aplicada: procesos corporativos, ingeniería, análisis de datos, software, ITO, KPO, back-office especializado.

Es el triunfo del talento sobre la geografía.

La segunda sorpresa: dispositivos médicos se consolidan como la nueva manufactura tradicional

Los dispositivos médicos aportaron $8.693 millones (24% del total). Ya no son la industria estrella: son la columna estructural de la manufactura costarricense.

Costa Rica logró lo que pocos países de ingreso medio logran: convertir un sector de altísima complejidad tecnológica en un pilar estable, con encadenamientos crecientes y capital humano sofisticado.

No fue accidental: es resultado de 20 años de acumulación institucional, talento y credibilidad internacional.

El turismo ya no lidera, pero sigue siendo uno de los cuatro pilares

El turismo —por décadas la exportación número uno— queda ahora en el tercer lugar con $5.453 millones (15,1%). No porque haya caído, sino porque el resto del aparato exportador creció más rápido.

El país dejó de depender del turismo como motor exclusivo, algo fundamental para la resiliencia macroeconómica.

La agricultura se mantiene como un clásico competitivo

El sector agrícola ($3.599 millones, 10%) se mantiene entre los grandes.

No es un rezago: es un ancla estructural en un portafolio exportador cada vez más sofisticado.

La simetría más disruptiva: en bienes y servicios lideran un sector nuevo y uno tradicional

Este es el verdadero hallazgo conceptual del cuadro.
Existe una simetría perfecta, que nadie había documentado:

En Servicios:

  1. Servicios modernos (nuevo)

  2. Turismo (tradicional)

En Bienes:

  1. Dispositivos médicos (nuevo)

  2. Sector agrícola (tradicional)

Esta simetría no es estética: es estructural.
Describe un modelo económico híbrido, balanceado y evolutivo, donde:

  • Lo nuevo empuja la frontera tecnológica del país.

  • Lo tradicional estabiliza las divisas y el empleo.

  • Ambos conviven sin desplazarse mutuamente.

Costa Rica no es una economía en tránsito. Es una economía dual bien integrada, un caso excepcional para un país pequeño sin recursos naturales extraordinarios.

El portafolio exportador que cualquier país quisiera tener

Los primeros cuatro sectores explican 75% del total exportado, y pertenecen a cuadrantes económicos completamente distintos:

  • Intensivo en talento (SBC)

  • Intensivo en tecnología (medtech)

  • Intensivo en capital natural y humano (turismo)

  • Intensivo en tierra y tradición (agricultura)

El resultado es un portafolio robusto, diversificado, resiliente y poco común en economías pequeñas.

Costa Rica encontró —sin proclamarlo— un punto óptimo entre innovación, estabilidad y complejidad productiva.

Lo que esto significa para la política pública y para la IED

El cuadro es más que un ranking: es un mensaje.

1. El talento es ahora el principal activo exportable del país.
Y, por tanto, la educación técnica, digital y bilingüe no es una política social:
es una política industrial.

2. La manufactura de alta tecnología es estable solo si el país protege su reputación institucional.
La confianza es un insumo productivo tan importante como el acero o el litio.

3. La pérdida de empresas de alto valor puede desestabilizar el modelo.
Retener a una empresa de servicios avanzados o semiconductores vale más que intentar reubicar su talento después.

4. Costa Rica ya califica como economía cognitiva emergente.
Las decisiones públicas y de inversión deben alinearse con esta nueva categoría.

Conclusión: la verdad económica del país se refleja en sus exportaciones

El cuadro de exportaciones de 2024 muestra algo más profundo que simples montos:
muestra la identidad productiva real de Costa Rica.

Un país donde el conocimiento ya vale más que cualquier mercancía.
Un país donde la tecnología médica supera a cualquier industria tradicional.
Un país donde lo nuevo y lo tradicional conviven en equilibrio.
Un país que encontró un modelo exportador moderno sin traicionar sus raíces.

Costa Rica, simplemente, está exportando lo que realmente es: talento, tecnología, naturaleza y confianza. El reto ahora es consolidarlo.

Sandro Zolezzi

Chileno-Costarricense. Ingeniero Civil-Industrial con énfasis en optimización de recursos de la Universidad de Chile, con una Maestría en Administración de Negocios con énfasis en economía y finanzas del INCAE Business School de Costa Rica.

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