Más allá del hype: descubriendo el verdadero valor de la IA
En un momento en que IA se ha convertido en sinónimo de promesa infinita —una especie de mantra tecnológico—, el artículo de Wharton “What’s the Real Value of AI?” llega con dosis de realismo necesario.
No es un texto escéptico: reconoce que la IA ya entrega valor real, pero señala que muchas empresas aún no han capturado ese valor.
Su lección principal: la verdadera ventaja competitiva no está en tener IA, sino en saber monetizarla, personalizarla y escalarla con sentido.
¿Dónde yace el valor real de la IA?
El artículo identifica algunos focos donde la IA ya está marcando la diferencia:
Productividad de desarrolladores: herramientas como GitHub Copilot liberan recursos humanos escasos
Personalización escalable: la IA permite adaptar productos a segmentos específicos
Monetización incipiente: muchas empresas mejoran operaciones, pero aún no convierten eso en nuevas líneas de ingresos
Obstáculos invisibles que frenan la IA real
Para pasar del piloto al impacto real, las empresas deben superar obstáculos humanos e institucionales:
Desalineación funcional entre equipos
Ventanas de ventaja corta (6-12 meses)
Riesgos de responsabilidad y ética (Wharton)
Gobernanza deficiente: sin controles, sesgos o límites claros
Tácticas para capitalizar la IA con madurez
Wharton sugiere seis estrategias prácticas:
Especificar resultados esperados
Proveer contexto y límites claros
Iterar prompts y modelos
Solicitar enfoques múltiples
Medir con métricas relevantes
Gobernar con responsabilidad (roles, revisores, auditorías)
Lo que Wharton y otros nos muestran: reflexiones para Latinoamérica
Combinando los hallazgos con el contexto latinoamericano y la atracción de IED, surgen lecciones clave:
IA como factor de atracción de inversión
Doble alfabetización: cognitiva y algorítmica
Redefinir el rol de los profesionales: co-creadores, no reemplazados
Medir la IA por transformación, no por adopción
Ventana corta para los primeros adoptantes
Un manifiesto inteligente para la IA con sentido
No creer el hype: exigir métricas y evidencia
Empoderar al humano: IA como aliada, no reemplazo
Hacer la ética explícita
Pensar en ecosistemas, no módulos aislados
Invertir en talento híbrido
Medir el impacto real: ingresos, eficiencia, satisfacción y bienestar
Epílogo: La IA como espejo de nuestra ambición
El valor real de la IA no está en su promesa, sino en su materialización consciente.
Wharton nos recuerda que no basta con tener herramientas: hay que diseñarlas, gobernarlas y escalar su uso con sentido.
Si América Latina logra asumir esta ambición, podrá redefinir su desarrollo mediante inversiones inteligentes, talentos híbridos y ecosistemas conscientes.
Como he reiterado muchas veces: no vinimos a complacer, sino a iluminar.
Que cada modelo de IA sea una expresión de esa luz, y no solo un reflejo del hype.