La reinvención de las Zonas Francas: del bulto al bits

Durante décadas, las Zonas Francas (también llamadas zonas económicas especiales, ZEE o parques industriales) fueron concebidas como espacios privilegiados para la manufactura: ensamblaje, procesamiento, logística, maquila. Incentivos fiscales, arancelarios y acceso ágil al comercio global eran las razones de su existencia. Pero hoy estamos frente a un cambio tectónico: el epicentro de la actividad en esas zonas está migrando hacia los servicios basados en conocimiento —software, BPO, fintech, I+D, centros de innovación. Esta transformación no es un simple ajuste: es una reconfiguración de la globalización del siglo XXI.

Evidencia de la transición: datos globales para sustentar el cambio

  • En 2023, los tres sectores más representados en nuevos proyectos de inversión extranjera directa (IED) dentro de Zonas Francas fueron software/IT, servicios de negocio y servicios financieros, representando alrededor del 45% de los proyectos en zonas francas. Esto marca un salto desde el 20% en 2019. 

  • La edición 2025 de Global Free Zones of the Year de fDi Intelligence distingue como knowledge zones aquellas zonas donde la mayoría de los inquilinos operan en servicios (IT, finanzas, educación, investigación), en lugar de manufactura tradicional. 

  • Algunos ejemplos concretos: DMCC en Dubái fue reconocida como mejor “zona de conocimiento” (knowledge zone) por su arquitectura orientada a servicios globales. 

  • Zonas industriales continúan existiendo —por ejemplo, ZPE Ceará en Brasil fue premiada como mejor zona industrial en 2025— pero el énfasis del ecosistema de Zonas Francas ya no está exclusivamente en ladrillos. 

Estos cambios ilustran una tendencia global: la “servicificación” de las zonas francas es ya una realidad, no una promesa futura.

¿Por qué las Zonas Francas migran hacia servicios de conocimiento?

Varios motores estructurales explican este giro:

A. Reducción de barreras tecnológicas para servicios

La digitalización, el cloud computing, la conectividad global de alta velocidad y las herramientas colaborativas permiten que equipos dispersos trabajen como si estuvieran en un mismo lugar. En consecuencia:

  • Las barreras de entrada para servicios remotos e intermedios (software, back office, RPA, análisis) están mucho más bajas que para plantas de manufactura, que requieren infraestructura pesada, logística, transporte y capital fijo.

  • Los servicios tienen menos dependencia de costos de suelo, materia prima y transporte —costos centrales en manufactura.

Esto coincide con análisis de economistas: los servicios intermedios están creciendo más rápido que los manufacturados como insumos en cadenas globales (CEPR)

B. Mayor valor agregado y márgenes más altos

Los servicios basados en conocimiento permiten diferenciar, innovar, capturar propiedad intelectual y obtener márgenes superiores. En manufactura, la competencia de costos suele presionar los márgenes. En servicios, puedes vender eficiencia, innovación, algoritmos y know-how. Las Zonas Francas pueden capitalizar esta posibilidad ofreciendo infraestructura TI, centros de datos, coworking especializado, laboratorios de I+D, incubadoras y capacidades de innovación local para atraer empresas de alto valor.

C. Cambio en la demanda de cadenas globales

Las empresas en EE.UU. y Europa desean fuentes diversificadas no solo para bienes físicos sino para servicios asociados: fintech, back-office, atención, analítica de datos. Esa demanda ya no se resuelve solo con manufactura nearshore, sino con servicios nearshore, y las Zonas Francas son el vehículo ideal para ofrecer un ecosistema regulado, seguro y eficiente para esas operaciones.

D. Riesgos de manufactura: costos, geopolitica, presión de sostenibilidad

  • Los costos laborales, ambientales y de cumplimiento regulatorio se han elevado en muchos países.

  • Las tensiones geopolíticas han hecho que muchas empresas reconsideren la concentración manufacturera en pocos países.

  • Las regulaciones ambientales y requerimientos ESG fuerzan externalidades negativas a manufacturas intensivas.

  • En contraste, los servicios son más ligeros desde el punto de vista ambiental y pueden adaptarse más rápido a estándares verdes.

Todo esto empuja a las Zonas Francas a evolucionar hacia “zonas de conocimiento” como estrategia de resiliencia.

Costa Rica: un escenario ya en marcha

Este fenómeno es especialmente relevante para Costa Rica. Ya lo estás viendo en tus datos internos:

  • A fines de 2024 había 252 empresas IED en servicios (BPO, software, captive, I+D), frente a 171 empresas IED de manufactura

  • El empleo directo generado: 117.000 en servicios vs 77.000 en manufactura.

Estos números no son casuales: muestran que la IED ya está girando hacia el sector de servicios en Costa Rica. La fortaleza de tu capital humano bilingüe, las certificaciones internacionales, la reputación de estabilidad y la lógica de servicios remotos hacen que Costa Rica encaje perfectamente como destino preferido para Zonas Francas orientadas a conocimiento. En esta guía y estrategia, no se trata solo de atraer manufactura tradicional (agrotech, agroindustria, dispositivos), sino de orientar una nueva generación de Zonas Francas: híbridas y especializadas en servicios digitales, investigación, fintech, integraciones software-equipos.

Implicaciones estratégicas del giro para las Zonas Francas y para los países anfitriones

Este cambio no es simplemente estético: tiene efectos profundos en el diseño regulatorio y la estrategia de promoción de inversión:

4.1. Nuevas exigencias de infraestructura

  • Necesidad de infraestructura digital robusta, data centers, fibra óptica, redes 5G/6G.

  • Espacios híbridos de oficinas, coworking, laboratorios de innovación.

  • Capacidades de ciberseguridad, cumplimiento de privacidad de datos y estándares internacionales.

Una zona franca no es ya solo una planta o bodega: es un ecosistema digital.

4.2. Talento especializado y movilidad de conocimiento

Se requiere talento TI, analistas, diseñadores, especialistas en IA, plataformas. Los países que logren estructurar talento técnico y flexibilidad laboral serán los más atractivos. Las Zonas Francas deben ofrecer programas de capacitación, alianzas universitarias, incubadoras y escalamiento local de empresas.

4.3. Incentivos fiscales diferenciados

Las zonas de servicios no demandan tanto exención de aranceles sobre maquinaria, sino que valoran:

  • Incentivos fiscales sobre royalties, propiedad intelectual, ingresos de licencias.

  • Exenciones o tratados favorables respecto al impuesto sobre servicios digitales, IVA/ITBIS de servicios exportados.

  • Estabilidad regulatoria para contratos de servicios a clientes fuera del país, retenciones reducidas o nulas en servicios exportados.

4.4. Rol del Estado como facilitador

Las autoridades de Zonas Francas deben reconfigurar su oferta para servicios: ventanilla única para permisos digitales, reconocimiento de firmas electrónicas, certificaciones de seguridad, mecanismos de soporte legal en propiedad intelectual.

4.5. Rápida escalabilidad y efecto red

Los servicios pueden escalar rápido (no dependen tanto de insumos físicos), y el crecimiento de una zona de servicios genera clusterización digital —más empresas, proveedores, talento, sinergias. Esa densidad crea efecto llamada.

Riesgos y retos del nuevo modelo

  • Exceso de competencia internacional: muchas zonas tratarán de replicar el modelo de “zona de conocimiento”; diferenciación será clave.

  • Dependencia de conectividad global: si una zona tiene fallas en Internet, se cae el modelo.

  • Protección de datos, privacidad y riesgo regulatorio en mercados destino (Europa, EE.UU.) pueden generar barreras de entrada.

  • Capital inicial elevado en infraestructura digital (data centers, enlaces, hardware).

  • Riesgo de “zona de oficinas vacías” si no se logra atraer tenantes con contratos firmes y pipeline de servicios.

Narrativa disruptiva: la Zona Franca del futuro es un hub de conocimiento global

La Zona Franca ya no es un parque de celdas industriales. El paradigma del siglo XXI es el de parques cognitivos: zonas donde confluyen startups, servicios globales, laboratorios de IA, centros fintech, hubs de data, coworking, infraestructura avanzada.

Los países que entiendan este giro antes serán quienes redefinan su lugar en la nueva globalización. Para Costa Rica, la clave no es luchar por repetir el éxodo manufacturero, sino apuntar a la próxima ola: Zonas Francas que atraen mentes, no solo máquinas.

Las cifras internas de CINDE en 2024—252 empresas de servicios vs 171 de manufactura, 117.000 empleos en servicios frente a 77.000 en manufactura— son la señal de que esa transformación no es aspiracional: ya está ocurriendo. Lo que nos queda es escalarla.

Sandro Zolezzi

Chileno-Costarricense. Ingeniero Civil-Industrial con énfasis en optimización de recursos de la Universidad de Chile, con una Maestría en Administración de Negocios con énfasis en economía y finanzas del INCAE Business School de Costa Rica.

Siguiente
Siguiente

República Dominicana: De la playa a la planta — el giro estructural de sus exportaciones