Cuando Vietnam reescribe las reglas: la nueva batalla del textil global y la invitación para América Latina
Vietnam ha logrado algo que pocos creyeron posible: en los primeros siete meses de 2025 fue el mayor proveedor de productos textiles para EE.UU., superando por primera vez a China. Esto no es una anécdota comercial: es un símbolo estratégico de reordenamiento global de cadenas de valor. Y tiene lecciones profundas para nuestra región.
El cambio de paradigma: no es solo mover producción, sino mover valor. Vietnam no ganó esta posición solo por bajos salarios; consiguió que empresas poderosas reestructuraran sus cadenas, trasladando no solo manufactura, sino diseño, logística, cumplimiento de normas, ecosistemas de proveedores y branding. Parte del volumen proviene de empresas chinas que relocalizaron operaciones, no porque abandonaran China, sino para diversificar el riesgo.
Para Centroamérica, esto significa que no basta con ser baratos. Hay que ofrecer:
infraestructura logística competitiva,
régimen de comercio exterior confiable,
servicios de valor agregado (conformidad, cumplimiento, empaques, calidad),
credibilidad ESG y transparencia.
Ventanas de oportunidad si se llega temprano
Vietnam captó 65 proyectos IED en textiles valorados en más de $ 4,6 mil millones desde 2018. Pero muchas de esas inversiones vinieron después de años de posicionamiento estratégico, planificación logística e incentivos inteligentes.
Para Centroamérica, entrar más tarde es desventaja, pero no fatal. Si llegan ahora con:
oferta país clara,
trámites ágiles,
regímenes fiscales competitivos,
conectividad eficiente, entonces puede ser el destino “alternativo premium” hacia EE.UU. con ventajas de proximidad, menor riesgo político, regulatorio y reputación de sostenibilidad.
Riesgos espejados que ya enfrentó Vietnam
a) Dependencia de insumos externos
Vietnam produce textiles, pero depende en gran parte de insumos importados (tejidos, hilados). Eso limita valor local.
Lección: construir cadenas locales, incentivar agroindustria e insumos, o zonas de integración upstream.
b) Normas de origen y “transshipment”
EE.UU. amenaza imponer reglas de origen más estrictas si detecta transbordo. Vietnam ya está bajo presión.
Lección: asegurar contenido local, mecanismos de trazabilidad, certificaciones claras.
c) Presión política y costo regulatorio
Cuando el éxito llega, viene la fiscalidad, la regulación y la exigencia ambiental. Vietnam ya enfrenta retos de cumplimiento, sostenibilidad y derechos laborales.
Lección para nosotros: anticipar normativas éticas, ambientales, laborales y exigirlas desde el inicio como ventaja competitiva, no como carga.
Qué debe hacer Centroamérica (y Costa Rica) para capitalizar esta ola global
Aquí una hoja de ruta estratégica:
¿Por qué ese caso es tan útil para el discurso de IED?
Sirve como caso espejo: lo que Vietnam hace puede inspirar cómo plantear la oferta país, no solo como destino “low cost”, sino como plataforma de valor escalable.
Permite diferenciar: muchos en América Latina intentan copiar modelos de maquila decenas de años atrás. Ese modelo ya está saturado. El futuro está en servicios integrados + sostenibilidad + marca.
Sostiene la narrativa: “no basta atraer inversión, hay que atraer inversión que permanezca, transforme y escale”. Este caso se alinea perfectamente con las piezas de McKinsey sobre shake-ups de IED.
Da autoridad: poder citar que Vietnam superó a China, ubicarte como alguien que entiende rutas no convencionales, y anticipar la presión regulatoria que vendrá.